Un poema empieza a sujetarme,
a hundirme y a hundirse.
Acudo a metáforas sucias,
veneno y redención,
caldo de brujas que sudan
sobre mi pene erecto.
Viajo hacia el fin
y regreso con la espada sangrando.
Soy un jinete cobarde.
Eso.
Siempre cabalgo en la oscuridad.
Hago sangrar a la bestia.
Caigo desfallecido en el silencio
de un cuerpo distante.
Lumbre tenebrosa, vertedero,
un paso y una cadena.
He vuelto. Me he devuelto.
Renuncio.
Equilibrio verbal o transcurso.
Frívolo pecado inasible.
Un poema empieza a sujetarme.
He de escapar.
Ese será mi pretexto.
No comments:
Post a Comment