No escribo para asombrar.
No escribo para esclarecer.
No hay propósito en lo que escribo.
No escribo para amigos, enemigos, semejantes o indiferentes.
No escribo para hacer feliz o infeliz a nadie.
No escribo para ti, posible lector, a veces tan irreal.
No escribo para leer en tertulias.
No escribo para publicar.
No escribo para enternecer o violentar.
No escribo para ser antologable o publicable.
No escribo para el futuro.
No escribo para el presente.
No hay propósito en lo que escribo.
Escribo para mí.
Escribo para saciar mis sombras,
tan constantes.
Escribo para decir lo que deseo decir,
como lo pueda decir, cuando lo quiera decir.
No hay moldes ni fórmulas.
No hay estilo.
No hay cajas de muertos.
No hay epitafios.
No hay definición.
Un día sale de una manera,
y otro sale de otra.
No hay mayor libertad.
2 comments:
Excelente, preciso. Directo. No deja duda a nada. Independiente de la forma impecable, comparto y suscribo el contenido al 100%. GRACIAS por escribir para tí. GRACIAS por llamar a las cosas por su nombre. GRACIAS por la verdad y la libertad (íntima, individual, única, y por ello, universal, valiosa y valedera) que te asuste.
Si me das permiso, quiero colgarlo en el Penthouse.
Un saludo, y mi admiración y reconocimiento.
Gracias, amigo David. Yo sé que usted es de lo que entiende esa libertad.
La admiración es mutua.
Claro que lo puede colgar en el Penthouse.
Saludos.
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