Mire, un libro no es un saco.
Ni un ser devuelto de la muerte.
Tan gris.
Poca sangre.
Camina.
Danza. Es un eco.
También es la cueva.
Edifica destrucciones.
Proyecta sombras
que se sientan en un banquito
a esperar por sus luces.
Un libro es comestible.
Y bebible.
Pan y cebolla, y té de manzanilla.
No se deje estafar.
No lo compre.
Escríbalo.
© Ernesto González, 2012
4 comments:
Para engullir...
Pues a engullir.
Muy bueno.
Gracias. Saludos.
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