Sunday, May 6, 2012

Tres poemas de Lilliam Moro



Fe de erratas
                                                                        Para Julia Peña

No sé cómo decir este dolor,
no sé cómo escribirlo, que suena tan común
que ya no se parece a lo que siento.
Quiero otra cosa, acaso
semántica detrás de la semántica,
más allá del bisílabo manido,
con la misma grafía, y que no obstante
suene a pasión descomunal,
a esta laceración hecha vocablo
en la fonética de siempre,
pero que aúlle el verbo,
que explosione la tinta, y que se raje
la página en que escribo,
mientras arden, exhaustos, los ojos del que lee.
Pero si no lo logro, estad atentos:
donde dice “dolor”, debe decir “dolor”.            




Los fieles difuntos
                                        ... su paso de acordeón, su palabrota...
                                                               CÉSAR VALLEJO
Pasan,
se esfuman de la escena
y sólo dejan flotando en la memoria
los más escuetos rasgos,
boceto de una cara de frente o de perfil,
los asuntos pendientes,
algunas frases fuera de contexto
y los tristes zapatos que anduvieron
el paso tan fugaz del día a día.
De pronto un golpetazo terminó la rutina,
una brusca manera de estropearles la tarde
los lanzó al otro lado.
Nosotros, los de acá,
sólo atinamos a decir
unas cuantas bobadas.
Hasta que suenen en la puerta,
en nuestra puerta,
esos toques que nadie más escucha.



    El balsero

Cuando lo recogieron
era un cadáver más, boca arriba en la balsa,
con los ojos comidos por el sol,
los párpados abiertos que dejaron pasar
la última mirada interrogante
al cielo azul bellísimo, indolente.

Mirad el fondo de esas cuencas podridas:
ahí reposa la Historia con todos sus discursos.




LILLIAM MORO nació en La Habana en 1946 y salió de Cuba en 1970 hacia España. Estudió en la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana. Perteneció al grupo de jóvenes escritores de las Ediciones El Puente. Ganó el Primer Premio de Poesía en concurso celebrado entre las Escuelas de Letras de las Universidades de La Habana, Las Villas y Oriente, con su poemario El extranjero, en 1965. Participó en el primer recital de poesía y canciones de feeling que tuvo lugar en El Gato Tuerto en 1964. Publicó críticas literarias y poemas en el periódico El Mundo, y en las revistas Unión, La Gaceta de Cuba, Bohemia y Casa de las Américas durante la década de 1960. Ha publicado los poemarios La cara de la guerra (Madrid, 1972), Poemas del 42 (Madrid, 1989), Cuaderno de La Habana (Madrid, 2005), y sus poemas han aparecido y han sido comentados en diferentes antologías, publicaciones periódicas y ensayos de España y Estados Unidos. En la boca del lobo obtuvo Premio de Novela en Madrid en 2004.

12 comments:

Reinaldo García Ramos said...

Ernesto, me complace mucho que hayas incluido en tu blog esos tres poemas de mi gran amiga Lilliam Moro Núñez, a quien tanto admiro y respeto, y con la cual me vinculan muchas experiencias entrañables que marcaron nuestra formación común (entre ellas las relacionadas con las Ediciones El Puente). La estatura literaria de la autora de esos tres textos salta a la vista, sólo basta entregarse a lo que ella nos dice: esto es poesía, ¡y de la mejor! Te doy las gracias, como colega de ambos y como simple lector.

Reinaldo García Ramos

Anonymous said...

Gracias Ernesto por estos poemas. Buena selección para iniciar un Domingo. Un poeta que como el postulado vellejiano, no quiere decir, dice. Ese camino de desnudez en el lenguaje sin dejar de alcanzar belleza en los versos, es algo frecuente en poetas de esa generación.
Rodolfo

Juan Cueto-Roig said...

Querida amiga:

Felicidades por estos tres maravillosos poemas. Han hecho que quiera ser más tu amigo.

Juan Cueto-Roig

Teresa said...

hermossimos, tiene razón Cueto.
Te sigo, de cerca. T.

Anonymous said...

No hay palabras para describir la poesía de esta autora. Es única y maravillosa. Gracias, muchas gracias. J

Isel said...

Maravillosos y vitales estos poemas. Gracias. Isel R.

Anonymous said...

Poemas de una belleza infinita, lacerante. Maestria en el uso de las palabras y metaforas, donde el dolor,el amor y la muerte (que son casi lo mismo)nos golpean y deleitan.
Doy gracias a Dios y a la Vida porque existes y por nuestra amistad. Tu amiga siempre, ATT.

Ernesto G. said...

Gracias, amigos, por sus comentarios. La poeta se los merece. Un abrazo.

Anonymous said...

Desde Omoa,sabemos que todo esto es así. ¿Cómo se llamará la calle donde nos reuniremos otra vez para poder agradecerte en persona estos momentos felices?
Carabela

Anonymous said...

Gracias, Ernesto. Magníficos poemas. La autora es mi prima querida, además. Saludos desde La Habana. Tu amiga, Elsa Perdomo.

Ernesto G. said...

Elsita, qué alegría y qué bella coincidencia! Un beso. :)

jesus JB said...

Aunque tarde, quiero unirme al concierto elogioso: hermosos poemas, especialmente el primero y el tercero, del cual quedan reverberando estos dos versos que tan triste pero acertadamente nos relatan: "Mirad el fondo de esas cuencas podridas: / ahí reposa la Historia con todos sus discursos." jesus Jb