Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era  absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí  mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la  gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían  sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el  lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por  supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.
La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas  permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se  produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien,  muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe.
 

 
2 comments:
Este relato viene a ser como el trocito de montaña que cae sobre el viajero, pero es magnifico, puede mover.
Algún día me gustaría escribir así.
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