Donde la orquídea se suspende, débil y amistosa,
bordeando al caracol con su amable silueta de blancas y
púrpuras definiciones, habita admirable e indefensa
una luz que se extiende mas allá de mi inocencia.
Por qué me asombra la maravilla del desorden y
el deseo resplandeciente de vivir en las sombras luminosas
de la pasión que se desborda hacia mis rincones, no sé.
Observo las grietas dulces como quien salta de si hacia la nada
o practica vagos ejercicios de complacencia.
La orquídea es el eco,
la dulce luz se desprende del agua
y se detiene en la hoja, fundiéndose con la clorofila,
transformándose química y emocionalmente
como todos nosotros, todos ustedes, ellos todos, las cosas todas.
Viajo lentamente en el lugar hacia donde convergen todas las cosas,
todas las causas, todas las cotidianas maravillas.
El sol arde sobre los ladrillos y el calor enciende la memoria.
Es el orden de este caos lo que me desestabiliza hacia el centro,
es la simetría caótica de las cosas la que me enfoca en mi mismo.
Mantenerse vivo es un acto de completa subordinación.
1 comment:
Mantenerse vivo es un acto de completa subordinación.
WOW que frase! Y es cierto mantenerse vivo es someterse a cierto proceso de domesticación. El libro que me enseñó eso fue "El malestar de la cultura" de Freud.
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