El musgo en la pared,
los ojos del que ve demasiado,
una luz que toca las piedras,
una espada de sombras,
el sonido que se refleja en el espejo.
Alguna tarde de estas
contarás la historia de cómo
los retratos volvieron a sus rostros.
Alguna tarde de estas te regalarás
una pausa, una hora de silencio,
una tregua en el camino que no acaba.
Regresarás a tu comarca
como un extranjero más,
y pedirás que te devuelvan
el olor de la tierra,
la manta que te cubría,
el techo desde donde observabas
caer la noche.
Alguna tarde regresarás y no habrá nadie,
sólo el musgo en la pared
y el sonido que reflejan los espejos.
© Ernesto González, 2010
2 comments:
Great! As usual.
Thank you, David.
Post a Comment