Friday, April 17, 2009

Nuestro vino…y nuestro pan

palomapan1

Desde Suiza, "El Beno" me envía otra colaboración. La foto que acompaña el texto también es suya.

Hace ya muchos años, poco antes de que un remedo de circo romano bautizado “Juegos Panamericanos de la Habana” comenzara, un letrero apresurado apareció en los muros de la capital : “No queremos panamericanos, sino pan americano”. La frase me hizo sonreír en un primer momento, esa ingeniosidad popular, además de admirar el coraje de aquél (o aquellos) que desafiaba la autoridad del palo. Y, luego, aún cuando seguí admirando el coraje, el sentido de la frase me hizo dudar un poco. ¿Por qué “pan americano”? ¿Por qué ese reflejo de dependencia, de sobrevivir con limosnas venidas de fuera, como si se fuera visceralmente incapaz, aún cambiando las cosas a fondo, de producir el propio pan (y aquí “pan”, tomando su etimología griega, quiere decir “todo”)?

Ese curioso sentimiento, consciente o inconscientemente, lastra actitudes, moldea maneras de pensar y de proyectarse en el porvenir. Dejándole al gran vecino y anfitrión - democrático, ciertamente (hasta ahora), poderoso, sin duda alguna – la iniciativa de alimentar (directa o indirectamente) no solamente nuestros vientres, sino también nuestras esperanzas. Cuando debería ser visto como un vehículo (entre otros) para llegar a la meta, y no como la meta en sí. Lo curioso es que de “pan americano”, literalmente hablando, viven no solamente millones de cubanos en la isla, sino también parcialmente la autoridad del palo misma, por esas ironías que tiene, no sólo la historia, sino también la economía.

Y la pregunta, porque hemos leído a Martí (el que nos obligaban a leer y el que seguimos leyendo después, solos): ¿Cuantos cubanos piensan, creen, desean, que Cuba sea algún día no solamente libre (eso pienso que todos lo queremos) sino además independiente? Independiente de verdad: de los “panamericanos” de boina y pacotilla, y del “pan (todo) americano”. Porque de nuestra creencia, de nuestra convicción en esa posibilidad depende, ínfima pero irremediablemente, la realización al menos parcial de ese sueño…que sueño, de todos modos, lo es. Un sueño que es a su vez un resguardo contra los desengaños por venir.

5 comments:

Teresa Dovalpage said...

¡Me acuerdo, me acuerdo del brete del "pan americano"! Por mi barrio también pusieron el letrerito, justamente debajo de una imagen del Cocopán, jajajá...Gracias por trarme todo eso a la memoria. Y muy buenas tus reflexiones, como siempre.

Anonymous said...

Gracias a tí, Teresa. Y por tus "Estampas". Y felicidades - atrasadas (pero nunca es tarde cuando...)- por tu premio.
Saludos,
El B.

Verónica said...

Delicioso juego de pan-americano, qué ocurrencias tan buenas las del ingenio popular. Y se descubre con ese juego, además de lo que con tanta inteligencia describe Beno, también un pedido infantil: siempre que sea otro el que nos resuelva nuestros propios asuntos. Así sean tan elementales como el comer, (o más peligroso aún) el "todo"... Que otro se haga cargo.
Gracias a Beno, y saludos a ambos,
Verónica

Anonymous said...

El ingenio popular, una mina de oro... Gracias Verónica por tu comentario que añade un ángulo de análisis complementario...que me hizo recordar esta frase de Kakfa en su diario :
"No se aprende a navegar en el mar haciendo ejercicios en un charco. En cambio, un exceso de entrenamiento en el charco puede incapacitarnos para ser marineros”Gracias de nuevo y saludos,
El B.

Ernesto G. said...

Saludos a todos. He estado fuera de la ciudad todo el dia y llego tarde, pero llego.