Es tarde. La mañana ha descubierto sus escarchas y un grito invade su esencia indeterminada. El número se disuelve. La cuenta no da y algunos preguntan cómo podemos descifrar el enigma. Qué voy a saber yo que apenas pienso, les digo mientras pago la cuenta de lo que no consumí. Mas tarde habrá un discurso, una cámara detendrá el tiempo, pero no la prisa con la que nos congelamos todos. El que habla no piensa y el que piensa no habla. El homeless de la esquina me ha devuelto algo que no le di. La señorita que vende flores sabe que en las espinas está la respuesta de la pregunta que nunca me hizo. Una tarde cualquiera ya no estaremos aquí ni en ningún sitio, pero alguien sabrá encontrarnos. Siempre hay un sitio donde quedarse dormidos. Siempre hay un sitio donde despertar.
2 comments:
Siempre habrá un sitio sereno, éste.
Gracias, Zoe. Siempre habra visitantes como tu. Eso espero. Saludos.
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