No sé si la noticia le ha dado la vuelta al mundo porque según parece el mundo tiene cosas más importantes de qué preocuparse. Pero en los Estados Unidos se ha armado tremendo revuelo con la decisión del presidente Barack Obama de dirigirse a los estudiantes norteamericanos el primer día del curso escolar (el primer día en muchos distritos escolares del país, pero no en todos ya que cada distrito es libre de decidir cuándo empiezan las clases). El problema no es que el presidente se dirija a los estudiantes. Otros presidentes lo han hecho en el pasado (Bush padre y Ronald Reagan). El problema radica en lo que harían los estudiantes una vez terminada la alocución del presidente. Una de los actividades que sugirió la Casa Blanca era que los alumnos escribieran una composición que respondiera la siguiente pregunta: “¿Qué puedes hacer para ayudar al presidente?” Muchos padres alrededor del país mostraron su rechazo a lo que llamaron “adoctrinamiento socialista.” Como respuesta a este rechazo generalizado, la Casa Blanca modificó sus sugerencias. Pero el mal ya estaba hecho.
En el sur de la Florida, tres distritos escolares (West Palm, Miami-Dade, y Monroe) van a hacer lo legalmente correcto. No van a trasmitir la alocución del presidente sino que les van a permitir a sus maestros hacerlo en sus clases si así lo desean. Si algún padre no quiere que su hijo escuche las palabras del presidente, la escuela tiene que permitirle al alumno que se retire del aula mientras dure la alocución.
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