La trampa como salida. Un muro final, un descenso. El ladrillo en la puerta y una noche en la que escribir un verso es invocar una jauría. El café caliente. La mano de dios que palpita y un esqueleto que suma sus desacuerdos. La ceniza en la ropa. Una divergencia asume sus matices. Palabras que no uso, palabras que no tenso. Una silla y el temblor de las losas. El suelo. Algo en el suelo. Algo que busco, algo que busco. El desayuno cuando es hora de dormir. Una mano a través de la ventana. Una brisa que no llega. Algo la detiene.
4 comments:
Muy bueno.
Gracias, David.
Surrealismo.
Su realismo en mi realismo. Saludos, Zoe.
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