Maldecido el gesto,
recoges migajas de la batalla.
Nada muere sin un porqué.
Nada se detiene a buscar razones.
Algunos escriben sus epitafios,
pero nadie los entiende,
pero a nadie le importa.
Es la sangre que se vuelve nieve,
el doblez de la medalla,
la exposición desmedida de alguna astucia.
El bosque sigue siendo el bosque,
oh, la multitud.
Toma tiempo hacerse árbol, proyectar una
sombra, echar raíz.
Toma tiempo llegar a donde siempre se ha estado.
© Ernesto González, 2009
1 comment:
Sí, es cierto, "Toma tiempo llegar a donde siempre se ha estado." ¡Bravo por ese poema tan límpido!
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