
Me inspiro en una caricatura que puso Don Eufrates del Valle hoy en su blog para abordar un tema del que se está hablando mucho en estos días. La crisis financiera ha obligado al congreso y al gobierno a crear de un plan de rescate sin precedentes. El plan fue rechazado, pero no cabe dudas que será aprobado antes del fin de semana. ¿Cuán grande es el problema? No sé, por como ciudadano común, todavía no he notado sus efectos. Hoy le puse gasolina a mi carro y pagué un poco menos que la semana pasada. Fui al trabajo, después a la universidad, llegué a la casa, besé a mis hijas, hablé con mi esposa, cené, repasé los blogs. La vida a mi alrededor sigue igual. De que hay crisis, la hay. La gente quizás compra menos, gasta menos, es más prudente, lo piensa dos veces antes de hacer un gasto innecesario. Pero eso es algo que quizás siempre debimos haber hecho. No quiero acusar a nadie de irresponsable, pero no se puede negar que muchos cometieron errores financieros por los que ahora están pagando. Quizás compraron una casa cuya hipoteca estaba más allá de lo que realmente podían pagar. Quizás fueron ayudados por un financiero inescrupuloso para que pudieran comprar la casa de sus sueños (que normalmente hubiera estado fuera de su alcance). Claro que no fueron únicamente los ciudadanos comunes y corrientes los que hicieron algo así. Muchos bancos e instituciones financieras se emborracharon de ambición. Algo que se supone que suceda en el capitalismo. Todo por lograr ganancias para mantener a las inversionistas satisfechos. Sus errores (y aclaro que la ambición no es uno de ellos) los pagan hoy al caer en la bancarrota o al ser absorbidas por otras compañías a las que le ha ido mejor en medio de la crisis. Pero ese es el capitalismo. Así es como tienen que suceden las cosas. Eso de que el Politburó (el Congreso) se reúna para salvar a ciertas compañías me parece inaceptable. El partido republicano está en crisis. Ya no se sabe lo que es (les aclaro que soy republicano aunque no sé por cuánto más tiempo; un tercer partido o un cuarto pudiera surgir después de la debacle que nos viene encima). El demócrata sigue con sus ideas de presentar al gobierno como la solución a todo mal. Los gobiernos no producen riqueza. Sólo la reparten ineficientemente. ¿Cuál es la solución? La no solución. Decirle no al plan de rescate y que caiga el que caiga. Así es el capitalismo. Brutal pero justo. Para decirlo en buen cubano: “Toma chocolate y paga lo que debes.”