"Mientras el bombardeo destrozaba las trincheras en Fossalta, se pegaba al suelo y sudaba y rezaba: 'Oh, Jesucristo, sácame de aquí. Querido Jesús: por favor, sácame. Cristo, por favor, por favor, por favor, Cristo. Si sólo me salvas de que me maten, haré lo que digas. Creo en ti y le diré a todo el mundo que tú eres lo único que importa. Por favor, por favor, querido Jesús.' El cañoneo se alejó a lo largo de las líneas. Nos pusimos a trabajar en la trinchera y por la mañana salió el sol y el día fue caliente y pegajoso y alegre y tranquilo. La noche siguiente, de vuelta en Mestre, no le habló de Jesús a la muchacha que llevó arriba en Villa Rosssa. Nunca le habló de eso a nadie."
Ernest Hemingway
2 comments:
Hijole...final inesperado! Esos trocitos del Papa me encantan porque soy medio bruta pa la politica...pero gracias por desemburrarnos con las cuestiones de economia tambien.
Teresa, de acuerdo contigo. Hay que volver a la literatura y quizas quedarse ahi, no?
Saludos y gracias por la visita.
Post a Comment