Aceptar el silencio del mismo modo que se acepta el bullicio. Son ruidos que se dan la mano.
Cerrar el círculo con un solo trazo y sin levantar la vista.
Buscar en los ojos de tu hija todo el tiempo perdido.
Perder el tiempo que habías ganado perdiéndolo.
Dejar que el estiércol alimente la tierra. Esa es su función.
Más que leer, re-leer. El libro no cambia, pero tú sí.
4 comments:
Ernesto: ando por Miami y me gustaria saludarte. mandame tu telefono a enrisco@aol.com. un abrazo.
Saludos, Enrisco. Ya te lo mande. Nos hablamos.
Consejo práctico (III):
No dejarse engatusar por Enrisco. Ja ja!
Se hara lo posible, Manuel. Saludos.
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