Sunday, November 30, 2008

La luz que castiga y salva

caja de musica

La magna disolución, el detenido presagio escrito

en la arena del reloj, el eco distante de una voz,

quizás la voz que bate y ensancha

los tímpanos que resurgen en la noche

como golondrinas seniles,

la ciudad una vez y otra vez destruida

volando entre estos recuerdos

y aquellas latentes añoranzas,

un rostro perdido que busca encontrar

otro rostro que ya no está pero que aún permanece,

las iluminadas manos palpitando de gozo

entre tanto polvo repartido,

una habitación de puertas que se abren sin cesar,

unos cuadros aniquilados por la desidia,

la azucarada luz que castiga y salva,

ahora ya todos música encerrada en una caja

que de tocarla se abre y sangra

como la herida que no se cura,

que no ha de curarse.

© Ernesto González, 2008