Saturday, November 15, 2008

El filósofo

Boots

Los habitantes de la pequeña villa acordaron reunirse en la plazoleta del parque para entre todos decidir cómo agasajar al filósofo que los visitaría por unos meses con el fin de compartir con ellos los secretos de su sabiduría. Uno dijo que le regalaría una de sus casas. Otro dijo que le regalaría un caballo. Un banquero ofreció regalarle una elevada suma de dinero. El dueño del único restaurante del pueblo prometió que le encargaría a su mejor chef que le cocinara al filósofo todos los días. De pronto se hizo un silencio y un niño pidió permiso para hablar. El niño sugirió que si no sería mejor preguntarle al filósofo qué era lo que necesitaba. Todos se miraron asombrados. Les parecía que el niño llevaba mucha razón en lo que decía. Le pidieron al maestro de la escuelita del pueblo que le escribiera una carta al filósofo haciéndole las preguntas pertinentes. Una vez terminada la carta, le pidieron al cartero del pueblo que se la llevara al filósofo esa misma tarde. Después de leer la carta, el filósofo, que estaba sentado debajo de un árbol meditando, se quitó sus botas y se las dio al cartero.   Al notar la confusión del cartero, el filósofo dijo: "Regresa al pueblo y diles que sólo necesito el espacio que ocupen estas dos botas juntas." El cartero, aún sin entender (que los carteros sólo llevan mensajes, nunca los entienden), se montó en su caballo y salió galopando de regreso al pueblo.

2 comments:

Isis said...

Buenísimo, querido Ernesto.

Ernesto G. said...

Gracias, querida reina de los dias y las noches. :)